lunes, 26 de mayo de 2008

Se avecina la tormenta

Recuerdo cuando era chico, era un niño un tanto solitario, que pasaba los días en casa para evitar discutir, pelear y ser traicionado por hermanos y vecinos, a raíz de la gran sombra que su hermano mayor producía sobre todos los que le rodeaban. Era feliz en mis cavilaciones y actividades individuales, como las manualidades, actividad que realizaba con suma destreza. Una de dichas actividades solitarias hoy en día me trae gratos recuerdos y le da sentido a este, mi pOST 200.

Recuerdo que en las tardes lluviosas de verano esperaba pegado a la ventana a que el viento trajera consigo el pronóstico deseado, la lluvia. En ese instante sin que mi madre pudiera comprender mis intenciones, decía: "Voy a andar en bici", y antes que me pudiera responder "regresas antes del anochecer", me encontraba montado en mi bicicleta.

No era gran cosa, pero para mí era lo máximo. Una rodada 24, verde metálico, con detalles en plateado, 18 velocidades, que nunca supe utilizar mas que para buscar cansarme mas o menos, o buscar simplemente el dolor que me hiciera sentir vencedor y portador de un envaramiento como síntoma de victoria en los días subsecuentes. La bici la había equipado de acuerdo a mis posibilidades y deseos. Diablos largos con dos vivos poco visibles en rojo y azul, atrás una parrilla que servía de asiento o para colocar papeles u otra idiotez que nunca se me ocurrió llevar, modificaciones en los frenos y, por supuesto, un cronómetro!!! Un 6 de enero en la madrugada, aún invadido por la ilusión de los tres reyes "Magos", que como no iban a ser magos si me traían regalos en un camello, elefante y caballo sin que los descubriera, estaba junto con mi papá colocando un dispositivo que ayudaría a que un aparato midiera la distancia recorrido, velocidad y el tiempo en mis aventuras; un simple y sencillo cronómetro. Esa era mi bici, no un medio de transporte, sino el medio para afrontar nuevos retos y vivir nuevas aventuras.

Una vez en las calles, invadido por la emoción, me iba lo más lejos que mi conocimiento de la ciudad y mi escasa ubicación y orientación me permitían. Salía a toda velocidad por las calles adoquinadas, ingresaba a la Recta a Cholula y me adentraba en la pequeña ciudad que en ese entonces era Cholula. Recorría 10 cuadras hasta el centro donde me detenía hasta que la lluvia comenzara. De esta forma el pretexto era inevitable: "Me ganó la lluvia". En ese momento subía a mi bici y orgulloso de mi logro pedaleaba a toda velocidad de regreso, solo que, esta vez el camino era diferente. Tomaba la calle que pasaba un lado del centro y llevaba directamente a la pirámide. La pirámide con la base mas grande del mundo según me habían dicho en todos y cada uno de los recorridos turísticos que habíamos realizado cuando por alguna razón teníamos visitas.

Que absurdo suena esto ahora, pero pedaleaba lo más rápido posible para que no me diera frío, a la vez que odiaba las gotas de lluvia que eran como alfileres al estrellarse contra mi rostro impidiéndome ver lo suficiente, y en mi interior ardía una pasión que pedía mas de ellas, y de ser posible el granizo. Pasaba por cada charco posible, cada caudal de agua que se formara para ver llegar el agua hasta mis tobillos, cerca de cada coche que salpicara en su andar mi ropa, para después maldecir mi suerte, esbozando una sonrisa.

Como recuerdo esos paseos, como quisiera volver a vivirlos, llevar en mí esa adrenalina de engañar a mi madre, buscar el cansancio, el dolor y la aventura, a sabiendas que dichas dificultades eran lo que le daba sabor al momento.

Hoy la tormenta es diferente, pero creo volveré a aquel entonces y veré la vida como un reto a vencer, una aventura más que contar, un triunfo más en mi interior, esbozaré una gran sonrisa y me diré:
"sin dificultades la vida sería absurda".
pOST 200

3 comentarios:

Diego dijo...

brother muy buen post!!!
pues a ver que día nos vamos a pasear, por lo menos caminando por esas calles de Cholula, y platicamos y divagamos y recordamos y sentimos!
se te xtraña
cuidate!

jo dijo...

taqueshiii!!! obvio q tenemos que hacer eso!!!, cuando quieras caminamos hasta los portales y de regreso por la pirámide, hay tantas cosas q contarnos... cuidate

nati* dijo...

Wow, nunca tuve o nunca ví así a mi bici...
Hagamos el mismo recorrido?
Y en el medio unos churros de los portales!!!
beso!